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Como hoy hacemos una pausa para recordar a las víctimas del desastre del transbordador espacial Challenger, también parece un momento oportuno para reflexionar sobre las conexiones de los Scouts con ese vuelo malogrado.

Cuatro de las siete almas que murieron en la explosión del Challenger, el 28 de enero 1986, tenían un pasado Scout.

Una de las víctimas, especialista de misión Ellison Onizuka, era un Eagle Scout. El hawaiano También fue el primer asiático-estadounidense en el espacio.

Ronald McNair de Carolina del Sur, otro especialista de misión, fue una estrella Scout. Otros dos especialistas, Judith Resnik y Christa McAuliffe, fueron Girl Scouts.

Una bandera estadounidense que se llevó a bordo y fue uno de los pocos elementos recuperados de los escombros, ahora pertenece a una Tropa de Boy Scouts en Colorado que la utiliza para eventos especiales y tribunales de Eagle Scout de honor.

Como  «Boys ‘Life»  explicó en su edición de julio de 1987, el ex Jefe de Tropa de la Tropa 514 fue quien incluyo la bandera en el kit de vuelo del transbordador.

Después de la explosión mortal, la mayoría de los restos de la nave se hundieron en el fondo del océano. Nueve meses más tarde, cuando los buzos buscaron los restos, se encontraron con un armario; en el interior estaba  la bandera de Estados Unidos, todavía sellada en plástico y ilesa.

La bandera más tarde fue declarado bandera oficial de los EE.UU. Constitución Bicentenario, y su historia fue documentada en el libro de Gordan Ryan  «Hilos de Honor: La verdadera historia de una Tropa Scout, Perseverancia, Triunfo y una bandera americana».

Tripulación del Transbordador Espacial Challenger