¿Vientos o tulas?
15 julio, 2011

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Por: Laura Jimenez

Llegamos a Bogota, el primiparo (Juan Pablo Castañeda) por cuestiones de logística interna de Avianca, tuvo que ir solo de Manizales a Bogota, con mucha modestia dijo: “Yo ya he volado parapente, muy chévere, nada del otro mundo, pero que dolor de cuello deja estar mirando por la ventana todo el viaje”. Vicky y yo, llegamos unas horas mas tarde a la capital, en la salida de pasajeros Juan Pablo Castañeda nos estaba esperando al lado de Juan Pablo Gutierez, quienes se tomaron el trabajo de decorar nuestros segundos nombres en una servilleta, para que no hubiera opción de perdernos llegando; al final del dia llegó Sebastián Lopez, después de un rato nos acostamos a dormir y “místicamente…” uno por uno se fue despertando a las 4:00 am por la ansiedad del viaje.  Don Hector, el papa, fue muy diligente y después del desayuno, nos llevo al centro don bosco, ese era el punto de encuentro para que diera inicio la excursión de Madrid al Baltico.

 

 

El kit de la delegación tenia unas tulas para cubrir el maletín e identificar el de cada uno, ¡las tulas fueron un acierto! Si y solo si se sabe usar, y como era de suponerse, nosotros no tuvimos la ‘malicia indígena’ suficiente para darle el uso correcto, dijimos es muy buena opción pero como carajos se coge? Por eso fue la tula manos libres hasta que vimos cuan utiles eran para el resto de la delegación menos para nosotros.

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