“Canta y ríe en las dificultades: Recuerdos de una buena acción.”
1 mayo, 2020

Por: Alejandra Cardenas, Akela.

Hace tres años Manizales vivió algo horrible donde muchas personas se vieron afectadas por un desastre natural (literalmente se nos derrumbó el terruño). Yo estaba lejos, casualmente estaba en mi único viaje de estudio, y aunque me dolía no estar, los Scouts de Caldas me dieron la mayor prueba de porqué el escultismo se volvió mi estilo de vida y los scouts mi segunda familia y ahora voy a recordar un poco las cosas con algunas fotos porque merecemos pensar en las vainas lindas en estos momentos:

El 17 de abril de 2017 cayó tanta cantidad de agua en una sola noche que derrumbó muchos barrios de Manizales, hubo 17 muertos y cientos de afectados, me di cuenta aunque no estaba en la ciudad porque los chats de scouts de la región estaban a reventar; todos preguntando como ayudaban, que había que hacer o donde ir y como todos los scouts estamos siempre listos ¡Manos a la obra que hay que servir! Empezaron con las campañas de recolección, se hicieron scouts (caminantes, rovers y scouters) en diferentes sitios de la ciudad.

Luego cuando abrieron los albergues por la cantidad de gente que había quedado sin hogar, los scouts se encargaron de servir en esos lugares, repartiendo los mercados, encargándose de las donaciones o alegrando los niños que estaban en esos sitios.

De verdad que trabajaban de sol a sol, se iban a las 3:00 o 4:00 am y a las 7:00 am volvían a su labor y siempre sonriendo como lo dice nuestra ley, nunca había visto gente tan trasnochada y tan feliz como estos scouts. Estas tareas sólo los dirigentes y los rovers (los hermanos mayores de nuestros grupos que hacen mucho más que comerse la comida de los lobatos se los juro jajajaja) estaban autorizados para realizarlas.

En ese momento yo era jefe de tropa (los siempre históricos Turzagas) quienes me tenían seca con que los dejaremos ir a ayudar a los albergues porque ellos también tenían que hacer su buena acción y no podíamos dejarlos a un lado.

Cómo siempre han tenido un pensamiento muy crítico), y además tenían razón, la dirigencia les propuso como actividad hacer algo lindo para los voluntarios de los albergues y mis chinos (como cariñosamente apodé a la tropa) y sus padres decidieron regalarles brownies y chocolates como símbolo de agradecimiento a sus hermanos mayores

El servicio continuó durante una semana. Los scouts no descansaron, estuvieron ahí hasta que todos los albergues fueron cerrados. Yo llegue a la ciudad el 23 de abril y pude ponerme el uniforme y servir unas horas.

Decidí relatar esta buena acción porque la máxima “canta y ríe en las dificultades» a veces pesa y duele y se hace difícil, pero este tipo de recuerdos me permiten repetirme mi ley y promesa y saber que si de esa salimos juntos y felices, también vendrán tiempos mejores, con ellos mi segunda familia. Con la plena convicción que muy pronto junto al fuego nos volveremos a reunir…

Siempre lista para Servir,